jueves, 25 de octubre de 2012

Crónica de una fecha inolvidable

Malala, una heroína

La joven paquistaní a la que tiroteó un extremista por defender el derecho femenino a estudiar asombra al mundo por su valentía

El pasado 10 de octubre los principales medios informativos del mundo resaltaron el impactante titular del ataque talibán a Malala Yousafzai por defender el derecho a estudiar de las niñas. La menor, de tan solo 15 años, recibió un disparo en la cabeza. Afortunadamente, sería operada con éxito unas horas después. Su heroico caso refleja el sometimiento de la mujer al varón que, por desgracia, están imponiendo los talibanes en  algunas regiones del norte de Pakistán. 

Según la versión oficial difundida por las agencias de noticias, Malala iba a tomar el autobús de regreso a casa tras salir del colegio, en Mingora, capital de la región del Swat, cuando un hombre barbudo, de unos treinta años de edad, identificado como Attaulá, preguntó por ella y, tras identificarla, la disparó. Es difícil imaginar cómo se sentiría Malala en aquel agónico instante, tras recibir dos disparos, debatiéndose entre la vida y la muerte.

El motivo del ataque es bien conocido. La niña, con tan solo once años, publicaba un blog en la BBC en el que denunciaba el horror que había supuesto para su comarca la imposición de la doctrina extremista de los talibanes, que consideran a la mujer inferior al hombre. Malala relataba en el diario que ella y sus amigas tenían que llevar ropa de calle en lugar del uniforme y ocultar los libros bajo el chal cuando iban al colegio para que los extremistas desconocieran que eran estudiantes.

Nada más ser conocido el terrible acontecimiento, la niña fue trasladada al hospital de la región, donde, en una arriesgada operación, se le extrajo con éxito la bala que tenía alojada en la cabeza. Posteriormente, el 15 de octubre, la menor viajaría al Reino Unido para proseguir su tratamiento. Allí, en el hospital público Queen Elizabeth de Birmingham, a pesar del pronunciado perjuicio físico y psicológico que había padecido a causa del atentado, mostró durante todo momento una excepcional capacidad de resistir las adversidades, algo que impresionó enormemente al equipo médico del centro.

Afortunadamente, el día 19 de octubre, el hospital británico anunció que la joven paquistaní "progresaba" y que podrá recuperarse "prácticamente por completo". Sin embargo, Malala aún corre peligro en Pakistán, donde los talibanes la quieren muerta, y, además, es probable que padezca las secuelas del atentado, tanto en lo físico, con la perduración crónica de las marcas de los disparos, como en lo psicológico, con la dificultad de olvidar lo sucedido. 

Malala Yousafzai, con tan solo 15 años, se ha convertido en una valiente heroína al arriesgar su vida por defender los derechos femeninos. Y es que, desafortunadamente, éstos no existen en numerosas sociedades del mundo, en las que el único destino de las mujeres es servir a sus maridos. No tienen derecho a estudiar, porque una mujer con conocimientos, con criterio, con opinión y con decisión puede emanciparse y dominar su propia vida, algo muy peligroso para los varones de dichas sociedades que desean mantener el control sobre sus mujeres.           

 
 

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